Desde el 2000, China emplea el dumping como estrategia para que sus productos lleguen a más mercados.
El mercado del acero en Colombia está en jaque por las importaciones chinas, un problema que están enfrentando varios países, pues no tienen la capacidad de competirle, ni por precio, ni por volumen, al gigante asiático. Puntualmente, en el mercado de las láminas y tejas, la producción nacional está al borde de la extinción, por eso Acesco y Corpoacero pidieron medidas antidumping.
De hecho, el Ministerio de Comercio expidió la Resolución 115 del 26 de abril de 2024, que apertura la investigación por supuesto dumping en importaciones de lámina lisa galvanizada, galvalume, teja galvanizada y galvalume, originarias de la República Popular China.
El dumping es una estrategia comercial, donde los gobiernos subsidian sectores o cadenas productivas, con el fin de disminuir costos, y ofrecer precios más bajos a los consumidores.
Al reducir los valores, y exportar los insumos o productos, ingresan más fácilmente a mercados foráneos, haciendo que la industria de estos países no pueda competir con esos precios, lo que obliga a dichos productores a bajar sus referencias, convertirse en importadores, o en el peor de los casos, cerrar por las bajas ventas.
Desde el 2000, China emplea el dumping como estrategia para que sus productos lleguen a más mercados. La problemática entorno al acero es que la producción de este país representa 54% de la capacidad global, y en lo que va del siglo XXI, el gigante asiático aumentó 700% su elaboración, según datos de la Asociación Mundial del Acero (WSA por sus siglas en inglés).
Sumado a esto, en la época de la pandemia, el gobierno chino mantuvo su nivel de producción y cerró algunas de las exportaciones, permitiendo generar excedentes de acero, y que hoy en día los deja ofrecer precios bajos.
De acuerdo con los cálculos de Alacero, al cierre del primer semestre de 2023, China tenía 40 de las 63 acciones antidumping en Latinoamérica. Estados Unidos, México y Brasil son los principales consumidores de acero, y estos mercados están “cerrados”, obligando a que los asiáticos busquen países que no tengan tantas restricciones, entre esos Colombia.
sector acero, que cubre tubos, lavaplatos y tambores metálicos; otra en el agro, que protege la papa congelada; y otra en la cerámica, que cubre vajillas y piezas sueltas.
Aún así, gran parte del mercado está desprotegido, y puntualmente el que se refiera a tejas y las láminas de acero está gravemente afectado. Según la normativa de la OMC, para revisar que tanto afecta el dumping a una nación, se debe tomar un país subrogado; en el caso de Colombia, el MinComercio usó a Brasil porque tiene condiciones similares a China, y determinó que el dumping es de 76,47% para la lámina y de 135,48% para la teja.
“Llevamos dos años soportando una competencia desleal a través de importaciones masivas desde China y Rusia a precios predatorios, inferiores inclusive en un 40% a los precios internacionales y de mercado”, dijo Fabio Galán, presidente de Acerías Pazdelrío.
Galán agregó que no están en contra de las importaciones, de hecho, respetan y valoran los TLC, pero piden que la competencia sea justa pues ya hay afectaciones a nivel económico, y que afectarían al empleo.
“Los precios de dumping del acero chino nos generan una gran destrucción de valor en nuestra industria nacional, acelerando el proceso de desindustrialización del país e impactando negativamente la creación de empleo de calidad y sostenible”, dijo Felipe González, presidente de Acesco.
Desde Corpoacero aseguran que el tiempo cada vez es menor, y la industria nacional tendrá graves consecuencias si no se toman medidas que regulen el mercado.
“Nuestra industria se enfrenta a un gran desafío, el cual implica un esfuerzo excepcional para sostenernos en el mercado bajo las prerrogativas actuales. Solicitamos igualdad de condiciones para competir. Es decir, necesitamos que la cancha esté nivelada”, dijo Raimundo Emiliani, gerente general de Corpoacero.
¿Por qué tarda la regulación?
Algunos analistas consideran que países como Colombia no toman medidas arancelarias, o cierran las importaciones por temor a represalias, y que la contraparte también bloqueé a la nación, afectando de todas formas a la industria nacional.
De acuerdo con Willian Barreto, docente de la Universidad Antonio Nariño y experto en comercio internacional, algunas estrategias que puede implementar el país, para ponerle freno a las importaciones chinas, y no impactar las relaciones pueden ser revisar las subpartidas arancelarias, crear acuerdos regionales, o renegociar las condiciones entre Colombia y China.
Fuente: elcolombiano.com